jueves, 1 de noviembre de 2007

"(...) me di vuelta a mirar lo que dejaba a mis espaldas (...)"


Los cambios socavan las bases y pilares construidos, atentan contra la estabilidad, afectan al equilibrio logrado, pero a la vez nos abren puertas, nos ofrecen nuevas oportunidades y posibilidades, y de cierta manera nos ayudan a crecer.
Los cambios nos ofrecen la posibilidad de romper con la rutina, de renovar el aire, de aprender cosas nuevas (que hasta ahora quizá eran totalmente desconocidas), pero a la vez plantean una crisis, cierta incertidumbre, cierto temor por lo que vendrá.
Muchos cambios se producen intencionalmente, porque así lo buscamos, lo quisimos, porque de esa manera lo elegimos, a diferencia de otros que nos toman por sorpresa, en el momento menos esperado… sin quererlo ni pensarlo. De cualquier manera los dos nos abren nuevos horizontes, nos invitan a nuevas experiencias por vivir y sentir.
Los cambios son propios de lo que llamamos vida, son situaciones que (buscadas o no, tarde o temprano) llegan.
Además nos traen aparejadas sensaciones, pensamientos y sentimientos tan dispares que conviven en en mismo tiempo y espacio. Por un lado nostalgia, tristeza, melancolía por el pasado, por todo eso que estamos dejando (inevitable e irremediablemente) atrás. Y por otro lado trae consigo ansiedad, incertidumbre, desasosiego, quizás alegría, sentimientos que se abren de cara al presente (o al futuro incierto) sin más remedio que aceptarlo y dejarse llevar.
Ciertos cambios parecen mentira, pero mejor que lo explique el General: “Como todos aquellos que en cierto momento de su vida cambian de camino, me di vuelta a mirar lo que dejaba a mis espaldas. En aquella atmósfera borrosa de lluvia y niebla todo parecía irreal”

1 comentario:

Unknown dijo...

Looks like you're at the corner of WCSN and Beard.